Es uno de los accidentes costeros de Santa Marta. Para los indígenas era un sitio mágico al que iban todas las tardes para contemplar los atardeceres, ya que creían que en ese tiempo, entre la puesta del sol, y salida de la luna, esos dos astros se amaban profundamente. Ya en épocas modernas sirvió como cárcel, y ahora su base sostiene el faro que alumbra la entrada de las embarcaciones al Puerto de la ciudad, además de radares que sirven para seguridad de la navegación.
La pequeña isla rocosa que esta frente a la bahía más hermosa de América fue unas de las atracciones más visitadas en Santa Marta y ahora esta deshabitado y se conoce poco de él.
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